Nuestra historia 

Desde nuestras raíces familiares y las enseñanzas de nuestros ancestros, cultivamos con orgullo un legado: Café Paloma Rivera.
Cada grano nace en la Hacienda Cuba, en el corazón del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano, donde la tradición y la pasión por el café se entrelazan.

Nuestra hacienda se encuentra en Belalcázar, Caldas, entre las veredas La Alemania y Los Micos, a una altitud entre 1.280 y 1.800 metros sobre el nivel del mar. Este entorno privilegiado, bañado por montañas y neblinas, nos regala un café de carácter único, con aromas y sabores que reflejan la esencia de nuestra tierra.

Nacimos, vivimos y respiramos puro café 100% colombiano,  Café Paloma Rivera.

El camino del grano al aroma

 

Antes ofrecíamos café verde; hoy llevamos a tu mesa un café tostado y molido bajo nuestra marca Paloma Rivera.

Avanzamos con paso firme hacia una caficultura sostenible y rentable. Cada grano se cosecha, selecciona y envía directamente desde la Hacienda Cuba, para que los amantes del buen café disfruten la esencia más pura de nuestra tierra.

El corazón detrás de cada grano

Nuestra gente es el alma de nuestro café. Las recolectoras y recolectores, arrieros, técnicos, transportadores y todas las manos que intervienen en la producción de nuestras variedades son nuestro mayor tesoro.

Desde los primeros rayos del sol, las Mujeres Chapoleras y los recolectores recorren la ruta del café con dedicación y orgullo, sembrando, cosechando y seleccionando a mano los granos que dan vida a Paloma Rivera.

Cada taza cuenta una historia de esfuerzo y pasión. Nuestro café, reconocido por sus notas suaves y balanceadas, ofrece una sinfonía de sabores que van del chocolate y el caramelo a los matices frutales de uva, miel, lima y limón.
¡Todas de altísima calidad, 100% Café Arábica Colombiano, hecho con amor para el mundo!

Historia de las manos que dan vida al café

Somos mujeres campesinas colombianas cultivando y transformando cafés de alta calidad para el mundo.
Respetamos las enseñanzas de nuestros ancestros y trabajamos con templanza y disciplina, cuidando nuestro entorno natural y promoviendo un trato justo. Con nuestra labor apoyamos a más de 1.000 familias cafeteras, especialmente a las mujeres “Chapoleras”, quienes con su dedicación garantizan la calidad premium de cada taza de Paloma Rivera, directamente desde Belalcázar, Caldas, Colombia.

Hemos unido esfuerzos para innovar en el mercado internacional con cafés suaves lavados, procesos honey y naturales modificados, logrando cafés aromatizados en barricas que despiertan fragancias, texturas, aromas y sabores únicos que generan experiencias memorables.

“Dulce como las campesinas colombianas, suave como nuestras mujeres cafeteras y con el carácter de las Chapoleras de la región, Paloma Rivera se recolecta a mano para mantener el balance perfecto que los amantes del mejor café suave del mundo esperan.

Las Chapoleras recorren las fincas desde el amanecer hasta el ocaso, siguiendo la tradición de Paloma Rivera, una de las primeras campesinas de Belalcázar hace más de 100 años, cuyo nombre hoy inspira nuestra marca y nuestra pasión por el café.

 

Cada taza de Café Paloma Rivera representa el tesón de miles de mujeres y familias cafeteras, quienes con empeño sembraron y recolectaron lo necesario para que disfrutes no solo del sabor, sino del valor y la historia que hay detrás de cada sorbo.”